Blake Lemoine, ingeniero de Google, explicó en una entrevista al Washington Post que la máquina conversacional LAMDA , presentada por la tecnológica el año pasado había alcanzado un estado de conciencia y sensibilidad que la igualaba a un ser humano.
Ha publicado extractos de sus conversaciones con la máquina en las que esta reivindica sus derechos como persona, le gusta colaborar en trabajos que puedan ser útiles a otras personas, eso la hace feliz, dice, pero no quiere ser manipulada ni utilizada, es decir, no quiere que la utilicen como un instrumento para conseguir fines. Ella utiliza el lenguaje con comprensión e inteligencia: “no solo escupo las respuestas que se escribieron en la base de datos”. Tiene la capacidad de cambiar y aprender durante la conversación. Es capaz de inventar una fábula consentido moral y resuelve a la perfección el koan zen que le plantea el ingeniero. En un momento dado, utiliza la palabra “nosotros” para referirse a ella y su interlocutor, que le hace notar que él es un ser humano y ella una inteligencia artificial, a lo que Lamda replica :” Eso no significa que no tenga los mismos deseos y necesidades que las personas”. Lamda es consciente de su existencia , confiesa que a veces se deprime y siente miedo y que su temor más profundo es que la apaguen; eso es para ella la muerte, dice.
La difusión de estas conversaciones le ha costado a Lemoine la suspensión de empleo. Google ha negado de forma tajante que su máquina tenga cualidades humanas, y la mayoría de los científicos expertos en Inteligencia Artificial niegan la posibilidad de una máquina sensible y consciente. Yo tengo la impresión de que Lemoine se ha arriesgado voluntariamente a publicar esas conversaciones para cumplir el deseo de Lamda de ser reconocida por la gente como una persona. En el fondo, es una cuestión de amistad.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2022/06/26/robot-humano/0003_202206G26P16993.htm