Todos los medios informativos reproducen las palabras del asesino confeso de Laura Huelmo : Por favor, déjenme encerrado toda la vida, no me dejen salir más porque lo volveré a hacer», Algunos incluso las califican de “conmovedora confesión”.
Seguro conocen la historia del loco que mató a una niña y al que , tras 20 años encerrado en un manicomio y mantener una conducta ejemplar, un doctor decide dejar en libertad. El loco no quiere salir, porque allí – dice- se siente seguro, aquella residencia es ya su casa, y le gusta el trabajo de jardinero que hace. El médico insiste : algo habrá que le apetezca hacer fuera del manicomio. El loco asiente, algo sí que hay… Sale y mata a la primera niña que se cruza con él.
El asesino del que hablamos no es un loco. Es responsable de sus actos , que son consecuencia de un temperamento violento y de la carencia de una educación que lo haya acostumbrado a dominar sus instintos.
Según un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), publicado en 2014, el 95% de los homicidios a nivel global son cometidos por hombres. Eso no significa que sean “los malos” de la sociedad. Matan más porque pueden hacerlo: son más fuertes y los han educado para ejercitar su fuerza, en todos los sentidos.
Lo repito de nuevo : sólo la educación recibida en la familia y en la escuela y prolongada a lo largo de toda la vida puede conducirnos a una sociedad paritaria y pacífica. ¿Utopia? Quizá. Pero es el momento de desearles a todos ustedes un feliz 2019 y que puedan verla realizada.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2018/12/31/volverei-facelo%20/0003_201812G31P12995.htm