El acusado con total tranquilidad , declaró que la comisión que se daba era del 3%, “la normal”. Podía parecer una actitud de desvergüenza, pero no lo era. Recuerden a la pobre mujer que le aseguró al juez que su marido le pegaba “lo normal”, y lo decía convencida de que todos los hombres pegaban a sus mujeres y que solo en caso de que se excedieran se atrevían a denunciar.
Esto es lo mismo. A veces al hombre se le va un poco la mano, sin llegar al nivel de denuncia, y a veces la comisión pasa al 4% , sin perder su condición de normalidad. La pregunta irónica de un letrado sobre si la subida respondía a la del nivel del vida, no cambió la actitud del acusado que, sin tomar nota de la ironía, informó de que el 3% o el 4% era “lo habitual en el mercado”.
El declarante reconoce su participación en los hechos, para de ese modo rebajar su pena, pero, lo hace sin reconocer el delito, dando carácter de normalidad a aquello de lo que se le acusa a él y a sus compinches.
Y quizá esté en lo cierto, porque “normal” es lo que se considera como regla social y, en, términos estadísticos, es el promedio aceptado socialmente. Y ahora se diría que el delito sólo se mide por la cantidad de ceros de lo robado, estafado o defraudado.
Los 900.000€ cobrados por la mujer de Fraçois Fillon por trabajos ficticios, sumados a los casi 50.000€ en regalos no han impedido al político francés aspirar a la presidencia de Francia. Quizá el ex presidente de la Comunidad de Madrid pueda acogerse también a la normalidad vigente. Así estamos.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2017/04/24/normal/0003_201704G24P13992.htm