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¿Puedo tocarte un pie?

Me lo contó una amiga que pasa muchas tardes con su nieto de seis años jugando y leyéndole libros.  Se separaron durante el estado de alarma y volvieron a reunirse al terminar, con mascarillas y cada uno en un extremo de un sofá de tres plazas. Al cabo de un rato de lectura el niño dijo: ¿Abuela, puedo tocarte un pie? Ella asintió y reanudó la lectura. El nieto le acarició primero el pie y después la pierna y le dijo: “¿Sabes, abuela? Entiendo mejor lo que me lees cuando te toco.”

Una idea básica de la Psicología pediátrica es que el contacto físico afectivo en la primera infancia es fundamental para el normal desarrollo del cerebro, y que su carencia provoca deficiencias a veces irreversibles tanto mentales como psicológicas. En mi juventud estudié Psicología Clínica en la Escuela de San Bernardo, y he mantenido a lo largo de los años el interés por el tema . Por ello le doy vueltas a las consecuencias que pueda tener la “distancia social” en niños muy pequeños.

En una ocasión sustituí a una amiga durante un mes en una clase de parvulitos. La clase era de francés y mi amiga me dijo: no importa que no aprendan nuevas palabras, pero déjales que se te echen encima y te cuenten toda clase de historias. Y así lo hice. Me pasé el mes acariciando niñas y niños de cinco y seis años y escuchando sus “problèmes”. Lo único que aprendieron fue la canción de Frère Jacques, pero se les veía felices.

Sin duda las medidas de protección contra el Covi19 son necesarias en el curso que está a punto de comenzar, pero no puedo evitar el temor a las consecuencias negativas que va a tener el no poder “tocar el pie” a la profe.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2020/09/01/podo-tocarche-pe/0003_202009G1P15995.htm

Una infancia sin agresiones

 

Sempre me sorprende que a maioría das denuncias prodúcense moito tempo despois de sufrir a agresión. E , con frecuencia , despois de que outras vítimas dean o paso.

Que fallou na nosa sociedade para que a vítima infantil cale ? Fundamentalmente, a falta de información e a falta de confianza.

Eses fallos débense resolver no  ámbito docente,  por parte de psicólogos e educadores. Ao neno, ademais  ensinarlle matemáticas, inglés ou xadrez, hai que darlle unha formación que lle permita distinguir a caricia inocente dun adulto do comezo dunha agresión.

E iso deben facelo persoas especializadas con este tipo de problemas; en principio , psicólogos, pero, dado o número de alumnos, tamén terán que ser  os  profesores  os que reciban unha formación adecuada para transmitila aos seus alumnos.

Ademais de información hai que xerar confianza. Os  nenos  teñen  que sentir que no seu centro hai persoas que poden aclarar as súas dúbidas, compartir as súas inquietudes, resolver ou que vai mal e defendelos de calquera perigo.

Hai indicios e test que son indicadores do problema e permiten descubrir agresións. O profesor ten que coñecelos, pero deben ser manexados por persoal cualificado  para evitar erros.

O problema é complexo e a solución pasa por cambiar moitas cousas do noso sistema educativo, pero ou fin xustifica  o esforzo: unha infancia sen agresións.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/12/26/agresions-menores/0003_201612G26P13994.htm

 

ABUSOS SEXUALES A MENORES

 

Al ver las noticias casi cotidianas de abusos sexuales a menores se diría que se trata de una plaga actual, pero los relatos de adultos que las han sufrido en su niñez llevan a pensar que es algo que ha ocurrido en todas las épocas y en todos los lugares, aunque hay algunos ámbitos donde son más frecuentes.

Lo que produce mayor escalofrío es que esos abusos se produzcan allí  donde los niños deberían sentirse protegidos : la casa y el colegio, y por parte de personas que deberían proporcionarles seguridad y apoyo : la familia y los docentes, tanto de centros laicos como religiosos.

El  violador desconocido, el que se lleva a los críos a la fuerza o engañados  es minoritario. Lo habitual es que sea el padre, el abuelo, el tío quien abusa de una criatura indefensa; o el profesor de gimnasia, el entrenador de un equipo, o el cura de turno.

Estas agresiones son las que dejan peores secuelas, porque a la agresión sexual sufrida se suma la pérdida de confianza en aquellos que deberían ser  tu sostén para la vida : la familia y la escuela siempre, y, en muchos casos,  la iglesia.  ¿En quién vas a confiar si te han fallado?

Es el miedo o la vergüenza lo que impide a la víctima denunciar las agresiones. No se puede evitar que un degenerado ataque a una criatura, pero sí se puede evitar que se repita. Sólo hay que crear los cauces adecuados . Se puede hacer. De eso hablaremos.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/12/19/abusos-sexuais-menores/0003_201612G19P10994.htm