Me lo contó una amiga que pasa muchas tardes con su nieto de seis años jugando y leyéndole libros. Se separaron durante el estado de alarma y volvieron a reunirse al terminar, con mascarillas y cada uno en un extremo de un sofá de tres plazas. Al cabo de un rato de lectura el niño dijo: ¿Abuela, puedo tocarte un pie? Ella asintió y reanudó la lectura. El nieto le acarició primero el pie y después la pierna y le dijo: “¿Sabes, abuela? Entiendo mejor lo que me lees cuando te toco.”
Una idea básica de la Psicología pediátrica es que el contacto físico afectivo en la primera infancia es fundamental para el normal desarrollo del cerebro, y que su carencia provoca deficiencias a veces irreversibles tanto mentales como psicológicas. En mi juventud estudié Psicología Clínica en la Escuela de San Bernardo, y he mantenido a lo largo de los años el interés por el tema . Por ello le doy vueltas a las consecuencias que pueda tener la “distancia social” en niños muy pequeños.
En una ocasión sustituí a una amiga durante un mes en una clase de parvulitos. La clase era de francés y mi amiga me dijo: no importa que no aprendan nuevas palabras, pero déjales que se te echen encima y te cuenten toda clase de historias. Y así lo hice. Me pasé el mes acariciando niñas y niños de cinco y seis años y escuchando sus “problèmes”. Lo único que aprendieron fue la canción de Frère Jacques, pero se les veía felices.
Sin duda las medidas de protección contra el Covi19 son necesarias en el curso que está a punto de comenzar, pero no puedo evitar el temor a las consecuencias negativas que va a tener el no poder “tocar el pie” a la profe.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2020/09/01/podo-tocarche-pe/0003_202009G1P15995.htm