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Sobre plagios y citas

 

Allá por 1977 Umberto Eco publicó Cómo se hace una tesis, técnicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura, obra que tuvo casi tanto éxito como El nombre de la rosa, y de la que miles los doctorandos se han beneficiado. Por esos años, una tesis debía tener al menos quinientas páginas y eran muchas las que duplicaban ese número. Se calculaba que era un trabajo de años, dedicados casi en exclusiva a esa labor.

Las tesis no se valoran al peso, pero el aparato critico que se les exige , hacen necesarias muchas páginas para cumplir con los requisitos indispensables.  Y uno de ellos es demostrar que se conocen los trabajos que versan sobre el tema escogido. Se requiere una razonada crítica sobre ellos, para manifestar el acuerdo o el desacuerdo. Se puede hacer entrecomillando frases textuales, o haciendo un resumen; en ambos casos se pone una nota a pie de página con el título, la editorial, el año de edición y la página o páginas de donde se ha sacado el texto que se critica.

Sin este procedimiento de citas , la tesis no se admite a trámite; no llega a un tribunal para ser juzgada porque no se considera admisible.

Una vez demostrado el conocimiento razonado de la bibliografía anterior sobre el tema – lo que evita descubrir Los Pirineos – el doctorando pasa a exponer y defender sus teorías y descubrimientos propios.

No voy a entrar en la idoneidad de las tesis o trabajos de políticos que están desde hace algún tiempo en tela de juicio. Sólo quiero manifestar que no se pueden defender ni las tesis ni los másteres con el argumento de que carecen de importancia los requisitos que no se han cumplido. Son esos requisitos los que les dan valor académico y los diferencia de un curso de verano, de un plagio, o de un trabajo de divulgación.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2018/09/22/plaxios-citas/0003_201809G22P15991.htm

 

 

ACOSADORES Y ACOSADOS

Más de 5000 llamadas recibió el teléfono contra el acoso escolar (900 018 018 ) puesto en marcha por el Ministerio de educación el 1 de noviembre del 2016 .

Esto ha permitido dar cifras de uno de los más graves problemas de nuestro sistema educativo. Según las estadísticas , basadas en esos testimonios , uno de cada cuatro niños está sufriendo acoso.

Lo que no se ha cuantificado es el número de acosadores, en parte porque un acosador puede serlo de varias víctimas, pero también porque la contumacia de familias y centros en negar su presencia lo hace más difícil.

El acoso se descubre casi siempre porque la victima decide denunciarlo, aunque a veces prefiera matarse. En prácticamente todos los casos, la primera reacción de los Centros de enseñanza en los que se produce es minimizar los hechos o negarlos: ningún profesor los  ha visto o , si los ha visto,  considera que se trata de “cosas de niños”.

En cuanto a las familias, supongo que reconocer que el hijo es un acosador debe ser más difícil que darse cuenta de que está siendo una víctima.

El teléfono del Ministerio es un paso adelante contra el acoso, pero no es la solución,  que debe estar en los Centros. Cursillos de formación al profesorado para que puedan detectar y gestionar adecuadamente el problema y la presencia de un/a psicólogo/a  en el Centro durante todo el horario escolar, probablemente acabaría con esta lacra que destroza la infancia y con frecuencia la vida adulta de tantas personas.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2017/02/06/acosados-acosadores/0003_201702G6P10994.htm

 

 

Los deberes no son el problema

 

Si se echa una ojeada a los tres mejores sistemas de enseñanza del mundo, Finlandia, Corea del Sur y Hong Kong ,  los mejor valorados en los informes PISA  , se ve que tienen un elemento común : profesores muy bien preparados,  con largas y duras carreras universitarias,  continua formación,  estimados y respetados por la sociedad, y bien remunerados.

En Finlandia se ha optado por desarrollar la responsabilidad de los alumnos , evitando el estrés, gracias entre otras cosas a las grandes ayudas económicas que recibe la enseñanza, gratuita totalmente.  En los otros dos países se exige, por el contrario , un gran esfuerzo de trabajo a los niños y adolescentes.

En España desde hace décadas nos hemos dedicado a desvalorizar la figura del docente, por parte de la sociedad privándolo de respeto y autoridad , y por parte del Estado descuidando su formación, sin promocionar, ni recompensar, ni incentivar, ni siquiera remunerar adecuadamente a los buenos profesores.

Ahora, tomando el rábano por las hojas, algunos sueñan con el paraíso finlandés , y ¡hala! , deberes fuera…  ¿Por qué no soñar con esos niños de Corea o de Hong Kong que se lanzar a los deberes como si fuesen chupachús?

No tenemos  la sociedad, ni los profesores que tienen esos países. Empecemos por la base si queremos construir algo sólido. Mi experiencia de cuarenta y cuatro años de docencia me lleva a pensar que suprimir los deberes sólo servirá para empeorar nuestro degradado sistema educativo.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/11/21/problema-non-os-deberes/0003_201611G21P13992.htm

 

Sin educación

Freud decía que el bebé era un “perverso polimorfo”. Convertir a ese ser que busca su satisfacción de forma inmediata y sin trabas en un ser social es la función de la educación, que tiene que ser ejercida por la familia  y la escuela.

Los padres actuales tienen muy mermada su función educativa por causas laborales. Suelen trabajar tanto el padre como la madre con unos horarios que les impiden ver a sus hijos. Estos quedan al cuidado de abuelos que, por edad y talante, se sienten más inclinados a consentir que a contrariar a sus nietos imponiéndoles reglas y obligaciones;  o están en manos de personas ajenas a la familia que ni saben ni tienen interés en educar:  Poner a los niños ante la televisión desde su más temprana edad es la gran panacea.

Así, el niño sigue conservando sus hábitos de bebé: es exigente, lo quiere todo  inmediatamente, se rebela contra cualquier demora o cualquier negativa . Y así llega a la escuela donde un docente tiene que intentar educarlo además de instruirlo. Por desgracia no puede, porque se ha perdido el sentido del respeto y de la autoridad que son indispensables para un maestro. El docente no encuentra ni  apoyo institucional ni el de unos padres que han perdido su función de educadores.

¿Soluciones? : Conciliación laboral y dignificar la figura del docente. Todo el mundo lo sabe , pero no interesa llevarlo a la práctica.  ¡Lástima! Esos niños y niñas sin educación son nuestro futuro.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/04/25/sen-educacion/0003_201604G25P12995.htm

 

NO ES EL SALÓN DE SU CASA

Confieso que prefiero que mis nietos no elijan la carrera militar . Por dos razones: porque creo que tiene más riesgos que ser docente o médico, aunque hoy no falten riesgos en esas profesiones. Y por aquello que dijo Miguel Hernández : “Tristes armas si no son las palabras “. Pero creo que los militares tienen todo el derecho a plantar un estand informativo en un Salón de Enseñanza, ya sea en Barcelona o en la Conchinchina, opinión que no comparte la alcaldesa de Barcelona que , con evidente falta de equidad y grave muestra de sectarismo político quiere impedir su presencia.

El estand en cuestión , según informaciones de prensa , es de los más visitados, unos mil jóvenes de media se han acercado cada día a recibir información sobre la carrera militar, que abarca muy distintos campos , desde música o psicología a ingenierías de alta especialización. Privar a los jóvenes de esa información creo que es una postura intolerable.

Recuerdo que en una de mis estancias en Estados Unidos , el ejército acordonó , justo al lado del campus de la Universidad un espacio en el que unas chicas guapísimas, vestidas con uniforme de verano, animaban a los estudiantes a probar un espectacular vehículo militar todo terreno. Nada que ver con el estand de Barcelona. Aquello era un gancho; esto es información. No se puede expulsar a quien la ofrece de un espacio que pretende ser Salón de la Enseñanza.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2016/03/15/militares-salon-do-ensino/0003_201603G15P13998.htm